LAS CUATRO LEYES ESPIRITUALES
"En la INDIA se enseñan las "Cuatro Leyes de la Espiritualidad"
La primera dice: "La persona que llega es la persona correcta", es
decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que
nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos
aprender y avanzar en cada situación. La segunda ley dice: "Lo que sucede
es la única cosa que podía haber sucedido". Nada, pero nada, absolutamente
nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera.
Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el: "si hubiera hecho
tal cosa hubiera sucedido tal otra...". No. Lo que pasó fue lo único que
pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y
sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en
nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y
no quieran aceptarlo. La tercera dice: "En cualquier momento que comience
es el momento correcto". Todo comienza en el momento indicado, ni antes,
ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras
vidas, es allí cuando comenzará. Y la cuarta y última: "Cuando algo
termina, termina". Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es
para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y
avanzar ya enriquecidos con esa experiencia. Creo que no es casual que estén
leyendo esto, si este texto llegó a nuestras vidas hoy; es porque estamos
preparados para entender que ninguna gota de lluvia cae alguna vez en el lugar
equivocado"
lunes, 27 de julio de 2015
miércoles, 22 de julio de 2015
¿Eres tan feliz como tu perro?
En uno de mis talleres, un hombre confesó:
"¡Durante muchos años fui tan desdichado que todos los días rogaba a Dios que me permitiera levantarme tan feliz como mi perro!
Observando a mi perro... Está todo el tiempo contento. Es la criatura más alegre que jamás haya visto. Vive en un estado de deleite permanente.
Deduje que él sabía algo que yo no (o que, al menos, no recordaba), y decidí estudiar su actitud y sus actividades con la esperanza de que yo también, algún día, pudiera despertar tan feliz como él.
La clave de su felicidad es que vive totalmente en el aquí y el ahora. No tiene sentido de pasado ni de futuro, y está plenamente presente en lo que está pasando. Él se entusiasma con lo que se cruce en su camino"
ALAN COHEN
En uno de mis talleres, un hombre confesó:
"¡Durante muchos años fui tan desdichado que todos los días rogaba a Dios que me permitiera levantarme tan feliz como mi perro!
Observando a mi perro... Está todo el tiempo contento. Es la criatura más alegre que jamás haya visto. Vive en un estado de deleite permanente.
Deduje que él sabía algo que yo no (o que, al menos, no recordaba), y decidí estudiar su actitud y sus actividades con la esperanza de que yo también, algún día, pudiera despertar tan feliz como él.
La clave de su felicidad es que vive totalmente en el aquí y el ahora. No tiene sentido de pasado ni de futuro, y está plenamente presente en lo que está pasando. Él se entusiasma con lo que se cruce en su camino"
ALAN COHEN
martes, 21 de julio de 2015
Nuestro mayor temor no consiste en no ser adecuados. Nuestro
mayor temor consiste en que somos poderosos más allá de toda medida. Es nuestra
luz y no nuestra oscuridad lo que nos atemoriza. Nos preguntamos: “¿Quién soy
yo para ser brillante, espléndido, talentoso, fabuloso?”
Pero, en realidad, ¿Quién eres tú para
no serlo? Eres hijo de Dios. Tus pequeños juegos no sirven al mundo.
Disminuirte a ti mismo para que los demás no se sientan inseguros a tu lado no
tiene nada que ver con la iluminación.
Todos estamos hechos para brillar, como brillan los niños.
Nacemos para manifestar esta gloria del Dios que está dentro de nosotros.
Y no es que esté sólo en algunos; está en todos nosotros. En
la medida en que dejamos que brille nuestra propia luz, damos a otros permiso
para hacer lo mismo.
En la medida en que nos liberamos de nuestro temor, nuestra
presencia libera automáticamente a otros.
Nelson Mandela
Suscribirse a:
Entradas
(
Atom
)